Siseó el teléfono presidencial. Los termómetros advertían 16 grados de temperatura a esa hora en Guadalajara. No eran aún las cuatro de la madrugada del viernes 27. Enrique Peña Nieto descansaba luego de una intensa jornada, nutrida, en la que dio entrevistas a medios locales y cenó con empresarios tapatíos. Le sorprendió darse cuenta que aún estaba lejos el amanecer, y él despierto.
El Presidente alcanzó el diminuto aparato, y al ver quién era el interlocutor se sorprendió e indagó en voz alta: “Y ahora qué pasó”.
Del otro lado de la bocina alcanzó a oír, calmado, pero con un claro tono de satisfacción, a un hombre que le ofrecía disculpas por despertarlo, pero el motivo de su llamado era más que importante, trascendente para su gobierno. Era Miguel Ángel Osorio Chong.
Apenas minutos antes, Monte Alejandro Rubido García, comisionado Nacional de Seguridad, le avisaba al mismo Osorio que iba camino a verlo a darle un informe pormenorizado de la detención de Servando Gómez, La Tuta, en Morelia, sin un disparo y luego de un complejo sistema de detección y seguimiento armado por varios meses, del cual ya estaba enterado el Ejecutivo.
Ahora, por fin, lo tenían en custodia. El buen humor le cambió el rostro a Peña y le soltó sin más al secretario: “Miguel, si a esta hora tienes que despertarme por el motivo que me hablas, por esta buena noticia, puedes hacerlo las veces que quieras”.
Así narró el jefe del Ejecutivo lo ocurrido la madrugada de este viernes a cerca de 13 mil jaliscienses beneficiados por programas sociales que cerraron en Zapopan el mes de la Cruzada Nacional Contra el Hambre.
Sudoroso y de buen humor, en mangas de camisa y luego de tomarse infinidad de fotos con sus anfitriones en el Auditorio Benito Juárez de este municipio conurbado de Guadalajara, Enrique Peña Nieto se mostró más que agradecido con las instituciones de seguridad porque en forma coordinada capturaron al hombre “que tanta zozobra” dio a Michoacán y a sus habitantes.
¡Gracias por la aprehensión de La Tuta!”, exclamó.
A las fuerzas militares que forman parte de las instituciones de seguridad pública, a nuestras Fuerzas Armadas, tanto Ejército mexicano como Marina; a los efectivos de la PGR, a la Policía Federal y al Cisen. Son instituciones del Estado mexicano que trabajan en una estrecha y amplia coordinación y cuyos esfuerzos han permitido la detención de delincuentes de alta peligrosidad.
Mi testimonio de reconocimiento, en nombre de la sociedad mexicana, por haber detenido a un delincuente tan buscado y que había generado un ambiente de zozobra y de enorme delincuencia en Michoacán. Gracias por la aprehensión de La Tuta. La sociedad mexicana se los reconoce y se los aprecia”.
Consignó que en su administración “estamos avanzando, teniendo importantes aprehensiones de los objetivos más importantes, de los delincuentes más buscados y de mayor peligrosidad; seguimos trabajando para lograr el México de paz que todos queremos”.
Fuente: Excelsior.